Otra narración dura para los amigos de RAC1. El Real Madrid 4-2 Bayern de Múnich dolió y escoció al barcelonismo. El antimadridismo vivió otra noche de crucifixión y culpó al arbitraje por tal de no rendirse a la garra y espíritu del vigente campeón de Europa.
La euforia pasó a segundo plano y explotó con la soberbia actuación de Cristiano Ronaldo. Toda la esperanza culé quedó reducida a cero con el tercer gol del Real Madrid ante un muy buen Bayern de Múnich que llevó el partido hasta la prórroga (aunque de forma injusta).